martes, 15 de marzo de 2011

El Municipio tapó el mural de Mariano Ferreyra. Una disculpa que no explica, ni disculpa “el error”

Frente a Carrefour -sobre la calle que conduce al lugar donde el 20 de octubre de 2010, Mariano Ferreyra, militante del PO, fue asesinado por la patota sindical de la UF, como lo ratifica el procesamiento y la detención de siete integrantes de esta patota, y la detención y procesamiento de José Pedraza, Juan Carlos Fernández, y Gustavo Alcorcel, por parte de la Justicia-. jóvenes estudiantes del CBC de Avellaneda, IUNA, y compañeros y amigos de Mariano, pintaron un mural al cumplirse los dos meses del hecho.

El sábado 5 de marzo, fuimos avisados que este mural fue tapado por la Municipalidad (pintura verde, con sello mediante), en esta campaña por imponer una sola expresión en Avellaneda: “gestión Ferraresi”.

Pero el haber tapado este mural es màs grave aún, no sólo porque se está tratando de no dejar espacio a otras expresiones polìticas, si no porque estaría ubicando a este Ejecutivo comunal en el sector de los que se llamaron a silencio frente al crimen de Mariano, y al reclamo de juicio y castigo para sus asesinos, como el gobierno K que representa, el mismo que sin perder oportunidad para encumbrarse como paladín de los derechos humanos, en este caso optó por el silencio protector y cómplice con la burocracia de los Pedraza y las patotas de UF, sin asumir la defensa de un derecho fundamental, como es el derecho a la vida. Y aunque, desde la intendencia, a través de la Secretaría de Obras públicas, han reconocido “el error” de la tapada, y nos pidieron disculpas, comprometiéndose a blanquear la misma, y reintegrarnos el dinero para volver a realizar el mural por Mariano Ferreyra, la responsabilidad por la acción existe y corresponde a la intendencia. Se tapó la denuncia de un crimen político, condenado por toda una sociedad que acompañó las marchas por Mariano, llenó la Plaza de Mayo junto a artista populares nacionales y extranjeros, y exigió junto a sus compañeros, amigos y familiares el juicio y castigo de sus asesinos.

Y así como el accionar de tapar el mural fue público, reclamamos que estas “disculpas” tengan ese carácter por respeto a su familia, a sus compañeros, y a los vecinos de Avellaneda, que sintieron profundamente la muerte de un joven militante y trabajador de nuestra ciudad.